Las palabras no son inocentes

Es importante profundizar en el significado de las palabras, debido a su incidencia directa en la forma de pensar, resolver problemas y decidir, explica la coach Karina Pittini

No alcanza con tener cerebros programados para crear el lenguaje, lo que en sí mismo es grandioso.  Es importante profundizar en el significado de las palabras, debido a su incidencia directa en la forma de pensar, resolver problemas y decidir.

Eso que queremos tanto para la vida como para los equipos y las organizaciones, requiere un lenguaje rico y evolucionado además de consensuado.

Nuestros cerebros están preparados para activar redes neurales y zonas diferenciadas, según sea el proceso implicado en las diversas funciones y su respectiva activación.

Tal es el caso del lenguaje, el cual posee dos áreas bien definidas: el Área de Broca (a partir de la que se produce el lenguaje) y el Área de Wernicke (encargada de la comprensión de las palabras). Ambas áreas interconectadas entre ellas y con otras,  implican procesos como el pensamiento, las emociones, la memoria, la creatividad, la atención, la percepción, y otras muchas.

Entre fonemas y morfemas, palabras y oraciones, el ser humano expresa pensamientos y emociones, que están imbuidos de significado.  De allí que las palabras no son inocentes.

Cada palabra tiene un significado concreto que varía de persona a persona y que va aún más allá de los acuerdos culturales. Cada experiencia con personas, cosas y situaciones, quedan almacenadas en nuestras memorias, con su respectivo registro lingüístico. Experiencias que son agrupadas según características diferenciales, lo cual permite la formación de conceptos.

Pensar en conceptos tanto abstractos como específicos, como pueden ser “marketing o perro” organiza la experiencia, la memoria y el pensamiento. Sin dejar de lado nunca, el baño de emociones que está presente siempre.

Quizá te preguntas: ¿qué pasa con el significado de las palabras? La respuesta encierra un gran reto. Cada palabra tiene una representación mental que es una imagen. Imagen que es manipulable y que tiene por lo tanto la posibilidad de ser intervenida y transformada. Lo que, unido a la ventana de oportunidad que nos ofrece la memoria entre la activación de un recuerdo y el nuevo almacenamiento, constituye otro de nuestros súper poderes.

Se trata de la imaginería, que así como el lenguaje conecta el pasado, el presente y el futuro.

¿De qué sirve manipular las imágenes mentales? Para que respondan a nuestros fines, necesidades y estados. Manipular las imágenes nos permite pensar en forma verbal y no verbal, resolver problemas y tomar decisiones, entre otras tantas cosas.

Decíamos que las palabras tienen sus respectivas imágenes, que entrañan una experiencia con su emoción y así es que adquieren un significado que es propio y exclusivo de la persona.  El vocabulario compartido y alineado en relación con conceptos y significados, es la base de una comunicación eficiente.  Por eso, facilita la comprensión y evita desacuerdos y malentendidos.

Asimismo, cuánto más rico y variado es el lenguaje, mayor es la capacidad para captar experiencias. A tal punto que lo que no es nombrado, no existe.  ¿Sabías que en la antigua Grecia no reconocían el color azul, que los esquimales ven una gama de más de 50 blancos y que existe una tribu llamada Himba en Namibia que no distingue el azul del verde y que en su lugar ven una gama inmensa de verdes que nosotros no llegamos a distinguir? Así es que, lo que no está nombrado, no existe al punto de no verlo ni reconocerlo.

Además, el lenguaje tiene entre sus funciones, la adaptación, el reflejo de las realidades, la supervivencia y la cooperación.

Algunos tips prácticos:

1. Es importante y necesario favorecer diversidad de experiencias tanto a nivel personal como laboral y organizacional.

2. Promover la formación que permita el enriquecimiento del lenguaje.

3. Favorecer la comprensión, lo cual implica entender de qué hablamos cuando hablamos.  Se trata de alinear y ajustar significado, más necesario que nunca cuando se trata de términos abstractos que tienen diversas interpretaciones. No es lo mismo referirnos a un resultado excelente que aun auto rojo. A pesar que el auto rojo puede tener un sinfín de características en sí mismo. ¿En cuál estás pensando? Yo pensé en un auto concreto y específico que tuvo mi padre unos cuantos años atrás. Y lo estoy viendo pero también sintiendo el ruido del motor, la suavidad de su andar y el olor del aromatizador, me acuerdo de la bocina y si sigo pensando, de tantos paseos, ideas y venidas. Esto y mucho más conforma el concepto de auto rojo, que sin duda es distinto al tuyo y sin embargo es un auto, con cuatro ruedas. Tenemos el concepto pero nuestras experiencias son distintas y por lo tanto el significado. Imaginate cuando se trata de asuntos abstractos como “resultados excelentes o éxito”.  No es raro que una reunión completa de altos ejecutivos se hable dando por sentado el significado tal o cual cosa y sin embargo no lo está. ¿Te imaginas a qué conclusiones llegan o peor aún, si se toman decisiones a partir de lo que parece ser un entendimiento pero que dista de serlo? Por eso es que es tan importante hablar el mismo idioma de conceptos y significados.

4. Apoyar el lenguaje técnico facilita la comprensión y enriquece el lenguaje.

5. Promover el uso de competencias, de allí que tanto se intenta promover en las organizaciones. Uso que implica formación, alineación y acuerdos.

6. Destinar tiempo suficiente a las conversaciones para que permitan la expresión de experiencias y se fortalezcan las ideas, que aportarán a la creatividad.

7. Tener en cuenta que para cada persona no solo las palabras tienen un tinte emocional sino que el estado emocional y físico del momento, afecta el pensamiento y por lo tanto el lenguaje.

Programados para hablar y comprender, nuestros cerebros realizan funciones altamente complejas y específicas, que nosotros estamos invitados a potenciar para lograr resultados sorprendentes.