¿Estrés?

El Antídoto y los efectos se muestran como las dos caras de una misma moneda

Nos quedamos en casa para aplanar la curva de contagios y no saturar el sistema de salud; para ayudar a quienes podrían tener la posibilidad de enfermarse, activar vulnerabilidades y requerir asistencia médica... No nos quedamos en casa para no enfermarnos. No nos quedamos en casa, en la gran mayoría de los casos, para cuidarnos a nosotros mismos. Estamos cuidando a otros, lo que hace referencia a empatía y solidaridad. ¿Nos estamos dando cuenta que quedarnos en casa tiene que ver con nobleza? Es importante que lo tengamos presente, ya que el resultado traerá consigo una respuesta positiva de nuestro organismo, aumentando nuestro bienestar y nuestro sistema inmunológico.

Estar fuertes es un antídoto al estrés, que nos debilita. Estrés, que no es más ni menos que una reacción normal y necesaria de nuestro organismo, que se activa ante riesgos reales o imaginados. Cualquiera sea el caso, los cambios que induce el estrés en nosotros, puede alterar nuestro “equilibrio” y exponernos a enfermedades cardiovasculares, autoinmunes, digestivas, depresiones y un gran etcétera. Activa la segregación de hormonas -adrenalina, noradrenalina, cortisol- que al mantenerse durante un período de tiempo, debilita nuestro sistema de defensas.

La mayoría, más tarde o más temprano, nos encontraremos con el virus. Como vivamos ese momento, influirá en como éste nos afecte. Sabemos, que algunas personas ni siquiera se enteraron que tenían el Covid-19, excepto por el resultado positivo de su test, que les fue realizado por haber tenido contacto con alguien contagiado. ¿Qué crees que pasó en esos casos?

Es un buen momento para detenernos y mirar en perspectiva. Reconocer lo que estamos haciendo bien para seguir manteniéndolo. Así como tomar las precauciones necesarias para cuidarnos y seguir cuidando a los demás. Ya sabemos cómo cuidar a los vulnerables y entonces, ¿cómo cuidarnos a nosotros mismos? Una clave fundamental es estar y sentirnos bien.

Hace unos días, Manuela me comentó lo feliz que estaba por hacer ejercicio con su hija, estar decorando y organizando cosas en su casa y hacerse el tiempo para leer, entre otras cosas que la hacen feliz. Sigue trabajando en su propia empresa y decidió hacerlo diferente.

En otros casos, el trabajo ya no está. Es el caso de Laura, quien está en seguro de paro y no tiene certeza si volverá a desempeñarse ni en su rol, ni en la empresa donde hasta el momento pertenece. Considera que los cambios que se avecinan, implicarán una disminución notoria en la cantidad de colaboradores y aunque se sabe experiente y valiosa, es incierto lo que pasará. En lugar de esperar con tristeza, desilusión o estrés, decidió dirigirse hacia algo nuevo. Está dando sus primeros pasos para emprender. Es cumplir un sueño de antaño. No dispone de capital y en su lugar, tiene energía, ganas, apoyo familiar y tiempo. El tiempo es un recurso escaso que hoy podría estar más disponible para algunos.

Manuela y Laura eligeron transformar el posible estrés e impactos, en algo que las impulsa a crear. Desde esa actitud positiva y anticipadora, miraron más allá. Considerando los cambios que estamos viviendo a nivel global y las posibles implicancias, tomaron decisiones para el ahora y para sus futuros. Y eso va más allá del covid-19.

Mirando la cantidad de emprendimientos nuevos es claro que muchas personas están tomando decisiones creativas y desarrollando proyectos. En forma independiente y dentro de las organizaciones. Converso con líderes que diseñan desde nuevos procesos a nuevas líneas de negocios, incorporan la tecnología y la automatización, reducen tiempos en diversas prácticas y eficientizan la operación. También los hay de los otros que en el lugar opuesto, la están pasando mal y los resultados están resentidos. Y entre uno y otro, muchos matices.

Es la interpretación que le damos a la situación actual, junto con la actitud que decidimos asumir, lo que se impondrá. Funciona igual respecto a la decision que tomes ante el estrés. Podés enfermar o fortalecerte y capitalizar el momento. Quizá al igual que Laura, ya tengas un sueño y a pesar de las incertidumbres, decidas comenzar. Ella no sabe aún si será un éxito o una prueba, lo que sea, la acercará a vivir su vida como hace tantos años lo proyecta.

Algunos tips que permiten fortalecernos, antes de decidir cómo seguimos:
• Hacé cosas que te gusten ahora, sin postergar. Sea estudiar un idioma, hacer una manualidad, ordenar, pintar...
• Compartí espacios con tus seres queridos -presenciales o virtuales-.
• Dedicá un tiempo para vos, exclusivo contigo mismo.
• Sé impecable con tus palabras.
• No tomes nada personal.
• Da lo mejor de vos en cada momento.
• Sé vos mismo, sin juzgarte ni juzgar a los demás.
• Sé vos mismo, sin buscar aprobación.

Tené la certeza que cuanto más avances en estas prácticas, más libre te vas a sentir y por ende más feliz. Y esto va mucho más allá de un momento particular en tu historia. Incorporá la practica de romper el status quo, que nos saca de la rutina, esa que en muchos momentos elegimos por la valorada seguridad. Sin darnos cuenta que, cuando esa seguridad está basada en pura rutina, es una especie de cárcel para nosotros mismos.

Animarnos a pensar fuera de la caja, nos da la oportunidad de crecer y transformar. Estas son las oportunidades que nos traen las crisis. El punto de partida es parar y observar. Sea que estés en una situación elegida o no, es una nueva oportunidad para que decidas. Y apliques principos de coaching para encaminarte a tu mejor versión. Un proceso de coaching comienza con tener consciencia de tu realidad actual y desde allí, diseñar futuro.

Así que para comenzar te invito a:
• Detenete y observá.
• Reexioná sobre las posibles consecuencias de la situación.
• Diseñá alternativas con sus impactos.
• Sentí cuál es más congruente contigo mismo.
•Dení un objetivo teniendo en cuenta las carácterísticas necesarias.
• Analizá recursos, oportunidades y riesgos.
• Diseñá un plan para llegar.